sábado, 31 de julio de 2010

Un capricho con sabor a gloria

Bailar entre las luces mientras los déspotas gimen:
el poder es nuestro, las voces piden una tanda extra,
un chamamé de la alegría y un artista
que pueda pintar con los más hermosos colores la escena,
el momento, los segundos febriles
el orden corrompido por el fuego y la memoria resurgentes
el cambalache, la revolución.
Sólo tenemos un par de manos manchadas, los puños apretados,
el pelo enmarañado y los ojos cansados.
Vivimos ciudades, caras, árboles sin frutos
y mucha desesperación.
Pasiones censuradas, gritos secos.
Golpes y gobiernos nefastos, flores
y cárceles repletas de gente sin lunas,
calacas vivientes, olfatos dormidos.
Hoy déjenos hacer el amor en la calle
prescindiendo de los oficiales y el pudor,
demos el grito de la victoria antes del amanecer
déjenos este banquete,
este capricho con sabor a gloria.


L.

jueves, 29 de julio de 2010

Lindas líneas que encontré

Fuimos las chicas malas.
Asustamos a los vecinos y escandalizamos a las señoras que salían de misa.
Siempre de negro para diluirnos entre las sombras y desaparecer de los e s p e j o s.
Tomábamos cognac en tardes infinitas, mientras el jazz nos cubría, escurriéndose luego por los poros. Disfrutábamos la hierba ocasionalmente, sin compulsiones, sobre todo cuando queríamos abrir los ventanales del cielo acostadas sobre el pavimento de nuestra ciudad amable y mirar infinitamente las estrellas.
Hicimos de nuestros cuerpos una fiesta.
(Cursamos invitación sólo a los iniciados)
Nacimos despidiendo una guerra, vivimos Vietnam, otro acto obsceno y el recuerdo de Nagasaki junto a Hiroshima, igual a una herida expuesta.
Nos desvelamos con Sartre, pero fue Simone quien nos ayudó a hilvanar nuestra protesta. Consideramos a los Beatles un tanto pueriles, porque era Piaff quien nos alimentaba.
Trenzamos flores, nos pusimos guirnaldas, pero siempre fuimos suspicaces con las exportaciones del Norte.
Nunca pensamos que seríamos reinas, más bien quisimos con el Che ser compañeras.
Compartimos cuerpo y alma sin pedir nada a cambio, encendimos lámparas para apagar la angustia, la pura y limpia angustia de estar vivas: La vida ha sido nuestro manifiesto.
Vivimos tan pero tan intensamente que ningún dolor nos fue ni nos podrá ser jamás ajeno.
Fuimos las chicas malas, olíamos a incienso, a patchouli, otras veces a menta fresca, pero el olor que nos acompañó siempre fue el de la tristeza.
Fuimos las chicas malas, y aunque no lo confiese abiertamente por el qué dirán los hijos, los amigos sensatos, el perro, los parientes,
seguimos y seguiremos siendo
chicas malas.

domingo, 25 de julio de 2010

¡Indignación! Me cansé, me cansé y me cansé.

¿Cuán fina es la brecha que separa la convicción ferviente del dogmatismo recalcitrante?
¿Cuántas esquinas habrá que doblar hasta conseguir todas las respuestas que buscamos?
¿Se puede saciar la curiosidad, el anhelo de saber y descifrar cada enigma o cada conflicto de la vida cotidiana?
¿Por qué nos urge la necesidad del sentido de pertenencia cual vicio destructivo, para volvernos casi impersonales, cortados con la misma tijera, usando el mismo patrón?
¿Tan difícil es romper con los cánones culturales ?
¿Por qué recurrimos al ser violento, en lugar de la mediación?
¿Por qué recurrimos a la retórica, en vez de hacer uso de argumentos previamente analizados, masticados y asimilados?
¿Cuándo llegará el día en que podamos desesquematizar los niveles de la autodeterminación, o bien, escribir frases sin sentido, como ésta?
La respuesta no está soplando en el viento, mi querido Bob. Está más allá de una conclusión apresurada o una fórmula matemática que a priori nos revele algún número mágico, una clave, una regla universal.

Me cansé de la sociedad y sus mambos tan jodidos, me cansé de la gente que disfruta de las malas vibras, que toma café en pocillos ridículos recreando la tan trillada fotografía del barcito en Tolouse o Vileneuve-d'Ascq porque es digno de contar, o bien de los que usan Ray-Ban's porque es un cliché moderno y cool, me cansé de que en los canales de televisión predominen diálogos acerca de los mil y un fetichismos sexuales excéntricos y la frecuencia del aseo de un pseudoluchador de 200 kg en lugar de la cantidad de proteínas que hacen falta para que los pibes puedan pensar o bien (ya que estamos tratando el ámbito cuantitativo) la cantidad de materias que le hacen falta rendir a nuestro gobierno para recibirse de Nacional y Popular (etiqueta que no se entrega por decretos ni en honoris causa). Podré ser clasista, prejuiciosa, catastrofista, pero la verdad es que ya me cansé de los eufemismos y las caretas, vivamos como seres humanos y no como productos. Ni siquiera llegamos a eso: vivimos como envases vacíos de dichos productos.


L.

miércoles, 21 de julio de 2010

La verdad es que todo fue tan extraño, tan extraño al fin

Es un te quiero y un no tanto, un te extraño y un me arrepiento con el alma...en fin, muchas palabras no tengo, como verás siempre tan vertiginoso y ambiguo nuestro pasaje, el rebelde a la etiqueta: no podemos adjuntarle ningún concepto, adjetivo, ni siquiera una maldita categoría.
Fuimos así, recontra heavys y pendejos.
Fuiste malo, fui mala, fuimos pendejos, repito. Qué suerte que fui el primer plato y no el último, ¿no? Una cosa de locos. Con las chicas nos acordábamos y ellas mismas decían los clásicos "y pensar que vos y..." "¡Cierto que vos y...!" "Me había olvidado que vos y...", etcéterísima.
Qué divertido, vos sí que lo eras, y todo lo que significaba sostener algo, con el desastre humano que soy yo (y vos no te quedás atrás) el rencorcito y todo eso tan tonto que a veces nos corta de mambo de una manera estrepitosa, en mi caso yo enloquecí, somatizé, pero después vino lo mejor de mi vida.
No quiero decir que no fuiste algo bueno...pero sí algo que pudo haber sido mucho mejor. Ay pero cortémosla con los reproches que esto es una fiesta, escuchame, yo no sé que estás esperando para venir y que garchemos. No, es demasiado fuerte, es que tomé de más. En realidad no quiero sexo, no me sirve. Quiero saber algo, si estás bien, si a veces te acordás. Pero más que nada saber si estás bien.
No lo tomes a mal, es que a veces las cosas no me salen como quiero y las palabras parecen tomar rumbo propio.

Y si te acordaste de mí es porque te acordaste de esta fecha, por ende, entraste para ver si yo me había acordado también (¿No es una película excelente? qué ilusa, estúpida)
Me río sola pero estoy escuchando Little Wing que hace bastante que no hacía, como aquellos tiempos, o igual que en un día como hoy, when you decided to run away. Qué linda nochecita para un pucho, me fui y perdón por el pobre escrito, muchas veces los controles de calidad de los post se encuentran averiados.

Cambio y fuera


L.

jueves, 8 de julio de 2010

Ya sé, el logo de mtv le quita todo el sentido. Qué más da, es un buen video.




Pinta tu madre patria de colores
so you can't tell the difference
entre los others.

¡Para la igualdad de razas!

lunes, 5 de julio de 2010

Figurita repetida II

El sábado conocí a alguien bien parecido a gente que ya había conocido en otras oportunidades.
Típico especímen metro setenta y monedas, clase media y despilfarro de términos progre como "Méndez". ¿Tan fácil parezco? Como si me fuese a cautivar un simple eufemismo (admito, yo uso nombres alternativos para...eh, bueno, está de más pronunciar su nombre) o bien una crítica al grupo Clarín.
Roberto* me contaba acerca de sus encuentros con las Madres de Plaza de Mayo, su afición por 678, los estudios universitarios y su sueño de convertirse en abogado de la asociación tan conocida. Y bueno, todo la maraña de intereses y gustos, Jauretche, León, Pigna, Feinmann, Sandra Russo (sí, Sandra Russo).
Reconozco que era un buen partido, pero ese no es el punto. Yo me pregunto, ¿Tengo cara de oficialista? ¿Es un estigma declararse en contra de los postulados derechosos, sin asemejarse al dogmatismo K? ¿Es tan dogmático como ir por las calles de Castelar cantando No queremos tarifazo/tampoco los despidos/aumento de salarios/paritarios elegidos/acá está, esta es la clase obrera(...)? No quiero caer en fanatismos ni obsesionarme con toda esta bruma ideológica, pero detesto quedarme con la idea en el paladar. Tampoco digo que ser oficialista es un karma (hay que ser menos radical en cuanto a la condena de ciertos actores ideológicos de nuestra sociedad, me refiero a no adoptar la posición K de acusar a ciertas alas de la política como tabúes o despreciar al punto de exacerbar el carácter "irrisorio" de algunos personajes de la política o los medios. Aunque algunos se lo merecen...), sino que apunto a que no ser ni chicha ni limonada es algo totalmente normal y aceptable. Vamos, sé que después de todo los cientos de Robertos que abundan nuestra ciudad sólo se quejan del mundo a la hora de la cena por Canal 7.

Me cansé de escribir.


PD: Recursé, así que no acepto quejas.


L.

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*Las identidades han sido reemplazadas por una mera cuestión de privacidad.