jueves, 27 de enero de 2011

Manual de Instrucciones (parte 1)

Hasta ahora, nunca escribí una autobiografía. No me atrapa mucho el hecho de organizar premisas descriptivas en orden de importancia, temática o cronológicamente al mejor estilo CV o carta de presentación para un casting de programa televisivo de mucho rating y poco contenido, pero sí el poder hilar un par de curiosidades surtiditas de manera sumamente informal, informativa, espontánea y específica.
Obviando mis datos personales, no por una cuestión de seguridad sino por evitar la formalidad protocolar de presentación de mi edad (que no me molesta asumir: diecinueve años y casi tres meses), fechas, números formales, estado civil (es totalmente deducible) y demasía de etcéteras, voy a empezar sin vueltas:
-No creo en los test psicológicos basados en dibujos, reconocimiento de figuras y caligrafía. Si me basara en el test de Rorschach, podría decir que estoy completamente desquiciada. En sí, la psicología siempre me resultó ambigua o será que el groso de los estudiantes o aficionados por dicha disciplina son freudianos románticos (más bien post-freudianos fundamentalistas), sí señores, soy pro-Freud retro, o más bien lacaniana.
-La gente que emana aires de superioridad intelectual me irrita hasta las puntas florecidas de mi pelo (que creció tan rápido que da miedo). Será por los ejemplos de pseudointelectuales que conocí en mi corta vida, cuyo discurso se limitaba al parafraseo inútil de ideologías de moda, como bailoteando entre simples premisas básicas de poco contenido (eso sí: siempre repitiendo el ritual frente a otros individuos que ellos consideraban de coeficiente intelectual más bajo, una cultura general más bien débil con la cual no eran capaces de escudarse y una capacidad discursiva poco entrenada). Un ejemplo claro es evocar a un ridículo circo beat discursivo al mejor estilo intercalado, o los obsesivos que ven en todo una lucha de clases (ojo, yo me considero marxista, pero no soy dogmática). Sí, eso saca lo peor de mí.
-Siempre veo en las personas una similitud física con algún deportista, preferentemente jugador de fútbol. No sólo futbolistas en actividad, sino también retirados e incluso fallecidos. Me pasa algo parecido con los docentes. Seguramente se debe al exceso de atención a cada gesto, palabra, mirada, que hace que en rigor exista un parecido con alguna estrella de rock o del deporte.
-Me frustran muchísimo tres cosas en mi vida que nunca supe hacer (y que, aunque sé que nunca es tarde, lo más probable es que jamás pueda aprender): 1) emitir silbidos 2) hacer malabares 3) jugar al truco.
El número tres es quizás el más grave ya que, a juzgar por mi destreza deductiva y mi capacidad para mentir sin que nadie lo advierta, debería convertirme en una notable crack en dicho juego. Pero no, nunca aprendí y me da cierta paja brava hacerlo.
-Me gusta mucho la gente con pecas. Son, en mi opinión, de las cosas más lindas con las que puede nacer una persona, en términos físicos. Algo similar, pero en menor medida, me pasa con la gente con hoyuelos en las mejillas. Por ejemplo, Emiliano Brancciari es un especímen que argumenta perfectamente este punto. Sé que suena un poco raro, pero sería una especie de fetiche no sexual y aclaro, ya que viene al caso, que un hoyuelo de Emiliano está más pronunciado que el otro.
-Me atrae mucho la inteligencia en las personas, no el intelectualismo. El arte me fascina. Me cautiva mucho más percibirlo que hacerlo (y no por falta de inventiva o capacidad), aprenderlo a profetizarlo. Cultivarlo y difundirlo, sí, ante todo.
-Amo las ciencias de la salud. Es algo casi inexplicable y que a simple vista parece incompatible con el resto de mis intereses. "La posta" es que, el resto de mis intereses son la parte izquierda de mi balanza, el equilibrio, lo que envuelve el centro del mandala. Sin el arte, la filosofía, la política, no podría sostener el todo, casi todo. Ese "casi todo" es lo que me mueve, el motor, el centro. Brindo por la variedad.
-Beber en recipientes plásticos me resulta muy desagradable. El Frizzé en todos sus aspectos me resulta desagradable, prácticamente anticonstitucional. Tampoco me gusta la sobrevaloración de la obra de Andrés Calamaro, el discurso de Ricardo Iorio, ícono del heavy nazional, y Dread Mar-I, a mi juicio y percepción, es una de las bandas con menos originalidad que existió en la historia de la música argentina. Y Bueno, digamos que Rata Blanca en sí podría incluirse dentro de la categoría de los crímenes de lesa humanidad. Exagero, sí.
-El tango me emociona, el jazz me enamora, el candombe y la murga, me encienden, el folcklore me inquieta y me llena de alegría, y el blues simplemente me vuelve loca.
Patricio Rey, Spinetta, Fito, Lebón, Moro, algunas leyendas como Luca y otras hechas canción de la mano de Soulé, Quiroga y Basoalto, la magia de Pappo, la contundencia de Mollo y Arnedo, que sólo el hecho de encontrarte, para mí, le da sentido a mi vida...pero siempre, ante todos, delante de todos, guiando a todos, Charly, siempre.
-De afuera: La viola endemoniada de la mitología psicodélica, Hendrix lejos. La voz de Janis y por supuesto siempre presente The Lizard King. La Telecaster violenta de Clapton, la Doubleneck de Jimmy Page, llamen a un exorcista para esos desquiciados que grabaron Physical Graffitti, Led I, II, III y sobretodo, IV. Una reverencia a la genialidad hecha hombre, hecha humano, un bajista líder y una sensibilidad trasladada a sintetizadores de vanguardia que hicieron estallar en tiempos donde se creía que sólo las bombas de uranio lo hacían, cuando nació A Saucerful of Secrets, y un loco que se fue de mambo y que dijo alguna vez "I don't care if the sun don't shine/and I don't care if nothing is mine/and I don't care if I'm nervous with you/I'll do my loving in the winter", otros locos con su estrella en el camino, black night que me enloquece y un blackmore interestelar, el galope frenético del bajo de Steve en Run to the hills...más allá de todo eso y lo que no llegué a escribir, let's go back to essentials: Esa boca, la lengua roja de Andy Warhol basta sólo para emocionarme. Sí, ellos, lo mejor de este mundo, los Stones.
-Me gusta cuando los hombres son capaces de abrir y cerrar oraciones con signos de exclamación o de pregunta, poner tildes y mayúsculas como corresponde (sí, particularmente los hombres ya que son, estadísticamente, autores en potencia de la mayor cantidad de horrores ortográficos). ¡RAE hasta la muerte!
No, puras patrañas, la RAE no sabe nada de cultura popular.
-Me fascina bailar. Lástima que no suelo concurrir seguido a establecimientos bailables sonde abundan las menores de edad y los tragos fluorescentes. Bendita sea mi inclinación ciega y sincera hacia el trío infalible de pool, birra y rock.
-Desde que me hice mi primer tatuaje, tuve ganas de cuatro más. Los sakuras siempre fueron mi debilidad, y he aquí, en mi lateral derecho, una ramita con muchos color de rosa, la femeneidad, la fortaleza, el ciclo de la vida.
-Me como las uñas, les cambio el color de esmalte cada dos o tres días, hace un año y dos meses que no me corto el pelo. No soy simpatizante de todas esas prácticas estéticas que suponen ser propias de una señorita. Como no soy una de ellas, adivinaron, tampoco voy al gimnasio. Me aburre la estúpida rutina de seguir al trainer con una cortina musical horrenda, irritante estilo house-techno noventoso. Aunque a decir verdad, prefiero esa música que al menos no conozco ni pretendo hacerlo, a que hagan una suerte de "remix" especial para gimnasios de hitazos del rock nacional como "un angel para tu soledad".
-Detesto la situación de levante en un bolichongo. En primer lugar, porque sé que un hombre que reúna unas pocas características que me interesarían jamás podría estar en un lugar como ésos. Después, el chamuyo cuasi circense que protagonizan los masculinos para cortejar a una dama son, en un 99,9% ineficientes, inútiles y poco originales. Otro factor influyente es la ridiculez del afán por obtener datos de la presa femenina, como la edad, dónde vive, si frecuenta los mismos lugares, hasta existen algunos a los que se les cae la cara preguntando sobre gustos musicales y demás. Puras patrañas, sólo quieren apretar o llevársela al telo, no hay necesidad de tanto preámbulo.
-Siento un amor profundo hacia el 136 Parque San Martín, odiado cuando no llega, pero cuando llega...ah, sí, eso no tiene precio. Como llegar a mi cuarto y ver a mi gato sobre la cama, recostado. Esas cosas son las que me roban una sonrisa sana, sin esfuerzos.
-Me considero atea con las cuatro letras que conforman dicha condición, sin reparos y asumiendo mi responsabilidad al momento de defender mi postura al respecto. Y para más de uno que lo dijo por ahí, no soy agnóstica señores/as. Sí podrá parecerles algo lógico por mis inclinaciones científicas, pero en mi opinión el agnosticismo es un escudo que usan los creyentes no asumidos de falso ateísmo, ambiguo por donde se quiera ver. Agnósticos, son una mentira. Dios NO EXISTE, los ángeles NO EXISTEN, la vida después de la muerte tampoco, el amor después del amor, sí.
-Los ventiladores de techo me producen cierta desconfianza, de hecho, intento no situarme bajo su eje por si surge algún siniestro y cae de lleno al suelo.
-Los sapos me resultan tan lindos como las ratas. Me asustan en primer momento, será porque nos adoctrinaron para tenerles miedo y/o asco...pero en cuanto asumo psicológicamente su presencia, los sobresaltos son historia.
-Cuando era chica, leía el diccionario enciclopédico Océano Uno Color (que tantas veces usé de bibliografía, aún así cuando las fuentes eran exclusivas de internet y tenía que pilotearla con algo). Todos los días buscaba algo nuevo, lo que se me cruzaba a la mente, lo anotaba y liego me encargaba de buscarlo, encontrar sinónimos, ilustraciones...hasta que la vecina me lo hizo bien, muy bien...la vergüenza del dueño es más fuerte que la del que no lo devolvió nunca.
-Creo firmemente que el piano, la política y la salsa de soja fueron las mejores ideas de la creación humana.
-El Ibuprofeno no me hace efecto alguno.
-Me gusta mucho la estética de carnaval, sobre todo si proviene del noroeste del país. Lo mejor de todo, además de las preciosas guirnaldas, es el hecho de que todo sea en papel y no haya ni un mísero globo.
-Todo lo que comienza debe terminar, todo globo inflado debe desinflarse o, en su defecto, reventarse. Detesto el impacto. Y ya que hablamos de impactos, también manifiesto que nunca pude encontrar el sentido, el goce, el placer que puede llegar a brindar el uso de la pirotecnia.
-La piñata siempre me resultó un objeto de deseo destinado a la fractura de meñiques, choques violentos de cabezas infantes y vaya a saber cuántos otros accidentes menores, por un par de caramelos. Sí, yo era la que lloraba al costado de la piñata luego de haber recibido una pisada, un cabezazo, o sido víctima de un robo indiscriminado de los dos o tres caramelitos frutales que probablemente no iba a comer porque no me gustaban.
-Nunca doy el primer paso, nunca la remo, y aunque salga perdiendo, para el resto del mundo siempre gano, siempre.
-Mis prejuicios son muchísimo más leves de lo que aparentan ser.


(continuará)
(Creo que fue el post más largo de mi historia como blogger)

jueves, 20 de enero de 2011

Nuevos términos

-Es fija, ves un par de rochos y te cruzás de vereda.
-¿Rochos?
-Sí, es como si dijeras "chorros" pero al revés.
-Claro, y se supone que es un eufemismo re copado y menos ofensivo...
-Bueno...un grupo de flacos con ropa deportiva y piercings en toda la cara, ¿así?
-No sé...particularmente me intimidan mucho más los tipos de traje y los uniformados.




L.

domingo, 2 de enero de 2011

El día amanece, las pieles se estremecen

A friend in need's a friend indeed, a friend with weed is better; a friend with breasts and all the rest, a friend who's dressed in leather. A friend in need's a friend indeed, a friend who'll tease is better: our thoughts compressed, which makes us blessed, and makes for stormy weather.
A friend in need's a friend indeed, my Japanese is better.
And when she's pressed she will undress, and then she's boxing clever.
A friend in need's a friend indeed, a friend who bleeds is better (my friend confessed she passed the test, and we will never sever)

Day's dawning, skins crawling. Pure morning.