viernes, 27 de mayo de 2011

Puro



-La abuela me dijo que lo vamos a volver a ver en el cielo.

-No sabemos, Valen.

-¿Vos no quisieras volver a verlo?

-Cinco minutos más y doy lo que sea
.




***



Sin excusas, despojado de dudas y contradicciones, de maldad e indecisión.
El limonero va a estar repleto (al menos, en la parte bajita que era donde llegabas vos con tu hocico explorador), lleno de flores y frutos. Pero repleto no es limonero, como el cantero completo, que va a dejar de ser cantero y va a pasar desapercibido, porque todo lo que hacías, todo tu desorden, tus arranques de hiperactividad, todo era tuyo, especial y tuyo. Fuiste un mestizaje, un candombe petiso y comprador, lejos de tener raza y valor. Lejos de los números y repleto de amor. Eso eras. Una bola de pelos ásperos grises, de ladridos agudos, dos ojos como bolas de vidrio que miraban a la espera de la pelotita, rama, piedrita, o limoncito prematuro, de esos que arrancabas de las ramas bajas. Eras un hermano, un hijo, un amigo.
Y te fuiste, nomás.
Siempre tuviste esa pura magia enana de contagiar tu felicidad, de que sea siempre recíproco, y a la vista está: te ganaste caricias de medio mundo, caprichos, premios...y una familia que te va a extrañar muchísimo.



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