sábado, 27 de marzo de 2010

Un tema que arrastro desde hace bastante

No hay nada bueno para comentar, ¿Se nota?
Últimamente estoy muy adentrada en cuestiones de amplia trascendencia (es un síntoma de la madurez forzada); me deleitan los debates sobre política, filosofía, economía, actualidad, pero más que nada sobre política.
Me divierte la desfiguración de los conceptos en cuanto a las aspiraciones, las inclinaciones políticas. Más simple: ahora resulta que el peronismo es la izquierda, los "centro" son progresistas y la derecha todo el resto. Típico, la izquierda siempre condenada a la nimiedad. Y lo más curioso de todo es el hecho de que éstas categorías se hayan instaurado en la creencia colectiva en un abrir y cerrar de ojos(producto de un cóctel fatal de 1/4 partes de publicidad y 3/4 partes de guerra sucia de la comunicación y comunicadores públicos). Si seguimos con la pseudológica de oferta, vendría a ser "vos no apoyás a Cris, entonces sos un facho".

En éstos términos es muy difícil crear consenso y la verdad es que me aburre demasiado. Me aburren las discusiones infructíferas en las que me siento completamente incomprendida.

Claramente, la política es amoral casi por definición.
Primero, vayamos a la definición de moral: "Forma de conciencia social (...) que constituye un conjunto de normas de conducta y convivencia que determinan las obligaciones de los hombres, sus relaciones entre sí y con la sociedad en su conjunto". Ahora bien, concentrémonos en la palabra obligaciones: "Una obligación es una imposición moral que impele al cumplimiento del deber". Ahora un ejemplo concreto: históricamente se consideró a la homosexualidad una inmoralidad. Quienes lucharon políticamente por la reivindicación de los derechos de los homosexuales lograron, entre otras cosas, que en el año '94 la OMS declarara que la homosexualidad no es una enfermedad. Vale decir, que esa lucha política bien podría haberse considerado, hasta antes de 1994, una "inmoralidad". Y así puedo seguir sumando ejemplos de guerras y guerrillas, revoluciones y demás. La política es eso. Cuando alguien quiere hablar desde el lugar impoluto y romántico de la dinámica del cambio, el progreso, la distribución, sin considerar el contexto y las posibilidades en el cual está inmerso, es perfectamente idealista y absoluto. Más que absoluto es absolutista.
Ahora, si vamos de lo ideal a lo "relativo", todo cobra otro sentido. Una tocada de teta del ginecólogo haciéndote un examen es una cosa, un tocada de teta en el subte, es otra. Tal vez no sea clara, o estaré creando confusión entre la moral y la honestidad...
Pero bien, mi disconformidad va de la mano del desconcierto.
Incertidumbre: ¿Quién es del PJ? ¿Kirchner, De Narváez, De La Puente? ¿Quién de la UCR? ¿Carrió, Stolbizer o Cobos? ¿Se viene el pacto de la centroderecha con la centroizquierda Macri-Cobos? ¿Realmente existen la centroderecha y la centroizquierda, o están en el limbo de las cosas inexistentes como Dios o el peronismo revolucionario o el radicalismo progresista? ¿Cuántos partidos hay en Argentina? Pino Solanas, ¿Es peronista, progre o centroizquierda? ¿A nadie le importa todo esto?

Ahora resulta que la política neoliberal de vaciamiento mineroagro-exportador de la post-crisis es la izquierda.
El entreguismo y el pago de la deuda ilegítima son la izquierda.
El juego de manipulación de las tasas de interés, por no decir saqueo financiero, es la izquierda.

A mí me gusta mirar 6 7 8, pero sé hasta dónde. Detesto TN y sus rótulos miserables. Detesto el uso de las banderas rojas porque sí y la acreditación de las izquierdas como lo mismo(hay que saber distinguir maoístas de trotskistas), aunque sería la gloria que estén todas de acuerdo. Mi novio le da a Marcó Del Pont y a la diputada Bertol del PRO que, según él, "no la votaría nunca" (mejor así). Estoy segura de que Michetti camina. Duhalde, sos patético. Altamira, te quiero.


L.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Memoria colectiva

Para que no vuelva a pasar, hay que recordar. No sólo con la constitución, ni con estadísticas.
Con el pensamiento.
Más allá de la infamia existen la memoria y el sentido común.
Apátridas fueron los que nos quitaron la revolución, la lucha y la independencia, y no aquellos que lucharon por sostenerlas.
Recordemos los hechos, hagamos memoria en el día a día, frente a las autoridades, las situaciones contradictorias y las determinantes, los comienzos y finales, frente a las urnas, los combates y la vida.


En memoria de los 30000 desaparecidos durante la última dictadura militar (sí, para los suspicaces amigos de nuestra derecha, altos defensores del cuento de los 5000 -como si eso fuera poco- “montoneros terroristas”, recomiendo leer los informes generados por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), las otras tantas víctimas de los anteriores procesos y los del día a día, víctimas de la pobreza, la exclusión, el gatillo fácil y sobretodo, del olvido.

L.

lunes, 22 de marzo de 2010

lunes, 15 de marzo de 2010

Libertinaje*

Libertinaje como una vorágine espléndida que revoluciona mi conducta (o reafirma la revolución interna y constante, como diría un tipo célebre que se encuentra a tu izquierda).

1. Últimamente me encuentro sin ningún tipo de restricciones (a esta altura el único factor que me condiciona es el sueño), cada vez menos cuestionamientos y lo que es mejor, con una gratificante sensación de plenitud debido a la ausencia de una estúpida razón que justifique en algún punto una suerte de intransigencia posible en cuanto a mis reacciones ante los días, las horas, los hechos cotidianos que se me estacionan por delante.

2. Palabras más, palabras menos, todas son como escupitajos espontáneos en tiempos de garganta con arena (la inusual miscelánea de emociones también produce una especie de tolerancia milagrosa: hasta te cito una frasecita célebre, Cacho), e incluso siento un cariño profundo por mis ex (es un cariño fraternal basado en recuerdos y no en las personas hoy, presente inmediato, aclaro para evitar escepticismos), de hecho, en la madrugada del sábado abracé con muchas fuerzas a uno de ellos. Fue una emoción inexacta cuyo adjetivo ideal probablemente encontraría si me pongo a pensar durante algunos minutos, pero la verdad es que no fue algo tan maravilloso como para usar el tiempo que eso implicaría en lugar de seguir con El coronel no tiene quién le escriba.

3. No hay nada mejor que gritar. Por lo general, mis gritos llenos de iras y frustraciones y el llanto van de la mano. Pero sin lugar a dudas, es mi mejor antiséptico.
La misma madrugada le di uso y a pesar de que la situación que llevó a implementarlo pudo haber sido un gran traspié en mi noche, no me arrepiento. No me siento arrepentida por hablar de más, porque la abundancia es mejor que la carencia. La carencia es jodida, es la duda, es el ¿Pude haber hecho más? ¿Alcanzará?. En cambio, la abundacia (que si bien está repleta de contras y consecuencias de hastío por redundancia desmedida) es un camino seguro. Es el parche anti dudas, es vaciarse por completo.
Para que guarden, para que archiven (las cumbias siguen sonando como hace ocho años atrás).
Es como saludar a todos los parientes de tu amigo ¿Es necesario? ¿Quedo mal si no los saludo? Saludar al tío, la tía, el primo, la novia del primo, la nona, la hermana de la tía y la prima de la nona, ¿Es soberanamente de mal gusto y superfluo por donde lo mires? Por las dudas, siempre saludás a todos. Total, ni te conocen.

4. Las señales de mis ya no tan pares son algo ambiguas. ¿Consternada? ¿Afligida? Sonrío y así les comunico en su mismo idioma, siempre carente de nitidez.
(Marche el trago que más les guste y brindemos por lo que fuimos, ésta vez pago yo y prométanme que no nos vamos a volver a cruzar a no ser que las circunstancias nos obliguen. El Camacho me provoca serias ganas de vomitar, ¿Es que ni siquiera podemos brindar por última vez? Ay lindas, nunca pudimos congeniar de la manera que hubiera querido)

5. Nunca había descubierto lo lindo que se siente tocar con papá. Algo tan nativo ignorado durante tantos años, calculo un cincuenta por ciento de falta de motivación para llevar el bombo al luthier y el otro cincuenta por falta de confianza, conexión y soltura entre ambos.
La chacarera le sienta bien al viejo. Era tan infantil en su expresión de regocijo, tocando y cantando, que yo me sentía de más. Satisfactoriamente de más.


L.


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*Éste escrito corresponde al día domingo 21 de marzo de 2010, está fechado en 15 de marzo porque empecé a escribirlo ese día.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Grito confesión

La anestesia no cura, pero calma.

Te extraño conmigo
(el de antes, el de la primavera, puchos y cerveza en la terraza)


L.

sábado, 6 de marzo de 2010

Reorganización

Las elecciones son algo elemental.
A través de ellas se rige la vida, el trayecto de una persona; el lugar, el modo, la forma. Y por más condicionado que esté el poder de elección, siempre se puede elegir dentro de esos términos.
Ciertas obligaciones son, en realidad, en base a las elecciones (yo elijo una vida de alta comodidad y por lo tanto, mi obligación es escalar hasta llegar a ser gerente de X empresa multinacional) que debemos tomar a lo largo de toda la existencia, en toda etapa, inicio, desenlace y fin.
A los dieciocho años y medio, a punto de iniciarme en los terrenos de la Universidad de Buenos Aires, ya sin el peso escolar (que implica materias y horas que no necesariamente son de agradar y a la vez compartirlas con gente que no necesariamente es de agradar), llegan las listas. Análisis, observaciones, conclusiones y todo acto de esa índole que conforma un proceso de asimilación, definición y asentamiento mental.
Hay cosas que se incorporan y cosas que se dejan volar, nomás.
Se incorpora, se mantiene o se quita, según el patrón (por así decirlo) que uno quiera adoptar. En realidad no se trata de adoptar un patrón, disculpen mi falta de expresión, sino que se trata de tomar lo que no arrastre bajón, aquello que sea menos complicado.
Dejar irse con el viento (con el tiempo) lo que no va más.
Y elegir entonces, qué es lo que quiero hacer y con quién, como se me de la gana, sin darle explicaciones a nadie, y a la vez elegir qué tipo de obligaciones son las que quiero para mí.


L.

martes, 2 de marzo de 2010

Somos del Cosmos

Según diversos modelos cosmológicos y resultados de ecuaciones de relatividad, el mundo empezó en un punto, una partícula, hasta expandirse (la teoría general establece que el universo se encuentra en constante expansión), polvo de estrellas, cuerpos celestes, galaxias, protones, neutrones y electrones coparon todo el vacío, la materia reina en el mínimo punto que representa lo conocido, condensación de la energía, cambios de fase, nubarrones de helio, litio e hidrógeno abundantes para una verdadera radiación cósmica. Introducciones y bocados agregados por la termodinámica, Hubble, Einstein, Heisenberg y vaya a saber cuántos miles que pasaron por la historia; incertidumbres, ad hoc, fluctuaciones y diversos condimentos que dan calidad de versátil a éste elemental planteo.
Formación de planetas, sistemas solares, la Tierra, dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, atmósfera, seres vivos, Australopitecus, Neanderthal, Homo sapiens. Mayas, Aztecas, Incas, genocidios e invasiones. Capitalismo, guerras. Drogas, pobreza, violencia.
Hagamos un pequeño resumen y contribuyamos con la ciencia y el optimismo:

Venimos de las estrellas
.

(después de todo, Dios tenía razón: del polvo vienes y en polvo te convertirás)



L.

No da para más

¿Qué pasa cuando el final es inminente?
¿Cómo se deja pasar la corriente?
¿Qué medidas deben tomarse ante una modificación brusca del status, que implique una carencia?

Déjenme dormir.


L.