Distante de la naturaleza universal y viviendo de artificios complicados, el hombre de la civilización contempla a las criaturas a través del cristal de su conocimiento y ve de tal modo una pluma amplificada, y la imagen entera deformada. Los tratamos con condescendencia por su falta de totalidad, por su trágico destino de haber tomado forma tan por debajo de nosotros. Y allí erramos, y mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario