lunes, 2 de abril de 2012

WHOEVER DOESN'T JUMP IS AN ARGENTINE MAN

Realmente, ¿se reclama? Tantas brutalidades ante nuestros propios ojos y no saltamos, pero sí para insultar al englishman invisible en los recitales, en el partido del mundial.
La guerra existió, la mentira existió, el nacionalismo emergente existió, y los soldados caídos, aún en pie existieron en este mundo por unos años.
Es conveniente hablar de soberanía cuando se toca el tema del archipiélago; en lo que concierne a mi postura verán, no canto el himno, no uso escarapela, pero sí quisiera llegar a un punto en común, un puente directo, una teoría que unifique a la mecánica cuántica con la relatividad. Un nexo común de esa envergadura. Y me refiero a nexo cuando trato de decir que no bajo tres metros bajo tierra el grito de propiedad sobre las islas por parte del pueblo argentino, pero si cuando el grito es grito, nomás. Y toda la cuestión semántica pienso pasarla por alto, porque es lunes, porque hace mucho no escribo, y quiero descansar de todo eso al intentar expresar esto que me prende por dentro: hay que tomar responsablemente la soberanía, y como ciudadanos argentinos, debemos acatarnos al hoy: regalan por pobres sumas hectáreas patagónicas que no benefician en nada al pueblo sino contribuye a los antañosos sistemas de latifundios apropiados por extranjeros, acuíferos valiosísimos, el norte, todos los recursos...y vuelvo a repetir, no desprecio el reclamo de Malvinas. El 2 de abril debe reflexionarse desde lo que hoy se debe proteger, en que toda decisión de los de arriba recae siempre en las clases trabajadoras quitándonos de a gajos lo que por legítimo derecho nos pertenece.
Los gobernantes de ayer fueron los disparadores, y los de hoy, como es costumbre, buscando este tipo de situaciones de tal magnitud que quedan totalmente fuera del alcance de nuestro poder ciudadano, y ahí está la clave magnífica: pasan a imponer el reclamo, a entretejerse en el reclamo, es simplemente involucrarse para dejar de ser opresores, y pasar a ser los pregoneros del Estado protector.
Hay que empezar a saltar un poquito más, que nos van a robar el cantito. Y me refiero a saltar con que TBA es Malvinas, como lo es Famatina, los glaciares; nuestros compañeros que cortan la ruta por reclamos salariales o para impedir el paso de los camiones de Barrick Gold son nuestros soldados, como las víctimas del Sarmiento, como cuidadanos, somos soldados, que luchan, que gritan, que saltan, que reclaman con derecho y argumento. Y las Malvinas son, por legítimo derecho, argentinas.

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