sábado, 31 de julio de 2010

Un capricho con sabor a gloria

Bailar entre las luces mientras los déspotas gimen:
el poder es nuestro, las voces piden una tanda extra,
un chamamé de la alegría y un artista
que pueda pintar con los más hermosos colores la escena,
el momento, los segundos febriles
el orden corrompido por el fuego y la memoria resurgentes
el cambalache, la revolución.
Sólo tenemos un par de manos manchadas, los puños apretados,
el pelo enmarañado y los ojos cansados.
Vivimos ciudades, caras, árboles sin frutos
y mucha desesperación.
Pasiones censuradas, gritos secos.
Golpes y gobiernos nefastos, flores
y cárceles repletas de gente sin lunas,
calacas vivientes, olfatos dormidos.
Hoy déjenos hacer el amor en la calle
prescindiendo de los oficiales y el pudor,
demos el grito de la victoria antes del amanecer
déjenos este banquete,
este capricho con sabor a gloria.


L.

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