Se oye, terminó la calma ¡Que comience el festival!
El hilito casi invisible que nos unía (que nunca voy a saberlo bien, por lo pronto sólo puedo decir que al menos a mí me ataba) ya está rancio. Venció, mi amor.
Mi amor, mi vida, gordi; ¡Cuánta palabrería barata cuando se está enamorado! Factores fundamentales en una relación intensa y fugaz, de ésos torpes idilios que fingen ser eternos incluso ya tratándose de un idilio (valga la redundancia) y siendo consciente de ello.
Otro agregado puede variar entre el mal uso de la autodeterminación (ya en abuso, abundancia), que lleva a que la relación causa-efecto concluya siempre de la misma manera: arbitrariedades, carencias sensoriales (escucha, sentidos comunes y no tan comunes, percepción y sensibilidad para con el prójimo), cero punto cero gramos de temple y paciencia, y una medida de paranoia que nunca puede faltar (repito, nunca, como la salsa de soja y el jengibre al Chop Suey).
Falta tanto para que camines, (y ahora viene la típica de los ljp: "Yo te enseñé a caminar, ¿y ahora vos me querés correr?")
L.
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